María Paz Grandjean:
"Lo que quiero es justicia y saber quién me disparó, con qué y por
qué"
El
pasado viernes 18 de octubre, en medio de los incidentes en Santiago, la
intérprete de 45 años fue herida en su rostro por un disparo de Carabineros
afuera del GAM. Hoy reconstruye lo sucedido y anuncia que se querellará.
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La función partía a las 20 horas. El elenco de La
pérgola de las flores, que dirige Héctor Noguera, estaba en
camarines, vestidos y maquillados todos, pero a último minuto les avisaron que
la presentación se suspendía. Afuera del GAM había cientos de manifestantes. La
del viernes 18 de octubre pasado fue la primera del estallido social, y María
Paz Grandjean (1974), la conocida actriz de teatro y televisión que interpreta
a Laura Larraín en la comedia musical de Isidora Aguirre, fue una de las
últimas en salir del edificio.
Caminó
sola por calle Namur y avanzó por la Alameda. A la altura del hotel Crowne
Plaza, cuenta, “había un guanaco, un zorrillo y un piquete de pacos”. Apenas
lograba avanzar entre el tumulto, cuando el guanaco se les acercó y los cubrió
de agua. “Vi que dos escolares eran golpeados por carabineros, y muchos los
defendimos. Me moví para ver mejor, crucé la calle Ramón Corvalán y me quedé en
la esquina con Alameda”.
Empapada
y aún entre la gente, divisó a “un carabinero o carabinera” con su rostro
cubierto. “Lo vi apuntándome a la cabeza, de frente. Ya habían disparado bombas
lacrimógenas, no pensé que iba a disparar algo más”, recuerda. “Ladeé la cabeza
para verle la cara, y ahí sentí el impacto en mi rostro. Vi cuando me disparó,
y creo que quiso dispararme a la boca o al ojo derecho, pero como alcancé a correrme
no entró, sino que me quemó y alcanzó a rozarme la mejilla. Pero me agarré la
mandíbula y noté que estaba deforme, y botando sangre por afuera y dentro de la
boca. Quedé paralizada”, agrega.
Algunos manifestantes le prestaron primeros auxilios, e incluso
se encontró con el actor y compañero de elenco Juan Pablo Miranda, quien la
acompañó caminando hasta Irarrázaval. “La Posta Central estaba colapsada, y
como estoy en el Cesfam, lo mejor era ir al Centro de Urgencia de Ñuñoa (Juan
Moya con Grecia), cerca de donde vivo”, dice la actriz. Al cabo de dos horas
llegó a su casa: “Me fui a cambiar de ropa y recién ahí me vi en el espejo, y
supe que era grave”.
Una amiga
con la que vive la llevó al Sapu de Ñuñoa. “Me atendieron rápido aunque muy
precariamente -revela-: ‘¿Tiene el ojo derecho?’, ‘verifique con su lengua si
tiene todos los dientes’, me decían. Yo ni siquiera podía abrir la boca.
Tampoco me sacaron un balín ni nada. El médico dijo que lo que me habían
disparado no entró. Solo me había rozado, pero ahí surgió la duda de con qué me
habían disparado. Yo dije un balín porque eso me dijeron en la calle, pero
algunos médicos, incluido mi hermano, que es cirujano infantil, piensan que por
la expansión de la herida se trató de una bala”, agrega.
Cuando ya retomó las funciones de La pérgola, el sábado pasado
en el GAM, Grandjean dice que su recuperación avanza lentamente, pero aún no
tiene certeza de con qué le dispararon. “Quedé con una fractura en la mandíbula
y me tomó el ojo. No pude abrirlo en varios días. Hasta hoy tengo también un
quiste grande en la cara, que sigue deforme. Lo peor fue salir de la posta y
ver que había muchos cabros jóvenes heridos como yo. Eso me dolió muchísimo”.
¿Fue a constatar
lesiones?
Al
séptimo día me pude parar y salir, y fui al Colegio Médico porque ahí estaban
haciendo los peritajes para el Instituto Nacional de Derechos Humanos, donde
aún no logran establecer si fue bala o balín. Me hice exámenes, radiografías y
un TAC, y ahora está toda mi carpeta y la denuncia en manos del INDH. Estoy
reuniendo testigos para iniciar una querella. Llevan dos días diciéndome desde
el INDH que van a contactarme para hacerla, pero ya me contactó otro abogado.
Sé que puedo hacerlo también mediante Sidarte y Chileactores, de quienes he
recibido mucho apoyo. Me he sentido súper apañada por mis amigos, mi familia y
los colegas actores.
Hace unos
días, Alejandro Goic también fue víctima de un ataque en una manifestación…
Es como
ha sido siempre. Desde que tengo uso de razón que nunca he visto que la
violencia haya empezado por los encapuchados. Desde los 80 he visto que el
vandalismo empieza en Carabineros y es lo que he vivido. Yo soy hija de la
dictadura, y antes, después de las marchas, venía lo que mi papá llama “el
silencio de la muerte”, porque mataban gente. La historia ha vuelto a
repetirse, pero ya no pueden ocultarla. Lo que pido es justicia y saber quién
me disparó, con qué y por qué, ni siquiera una sentencia. Necesito saber la
verdad.
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